Todo empieza con una clara declaración de intenciones, la intención de escapar y contemplar el fin desde lejos… y así dolerá menos. ¿Cómo que para qué? Para no volverte a ver.
Y alguna dura revelación, que complicando lo que es fácil disimulas lo insalvable, así que prefiero decírtelo yo: que no te necesito y lo sé desde el principio, pero era tan sencillo que parecía imposible y ahora ya me da lo mismo, ya lo ves... Siento que te hayas puesto guapa sólo para esto...
Y será verdad que llevo meses asomado al precipicio y si no avanzo es peor que si me caigo, que me empujen y estrellarme es la manera más sincera de afrontar lo que nos queda. Pero cómo cambia todo si intentamos tocar nuestra mejor canción para que te paralice y te quedes con esa carita tan mona que me hace olvidar que hoy ha sido un día lamentable.
Déjate querer, ahora no mira nadie, y hay un mundo paralelo en el que tú y yo somos mejores que un millón de veces esto…
...ya vuelve a salir el sol y me da igual si es un foco o es de verdad.
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