Capitulando: Juego de Tronos

Hoy vamos a hablar de la que, junto a The Walking Dead, posiblemente haya sido la serie más impactante e innovadora de la temporada televisiva estadounidense: Game of Thrones. Y lo vamos a hacer con el tremendo sesgo de haber leído el libro y de haber estado releyéndolo durante el visionado de la serie, más o menos al mismo ritmo que ésta avanzaba [sí: un ritmo de lectura patético].

¿De qué va?

Ya hablé de Juego de Tronos por estos lares, hace bastante tiempo, y no me gustaría repetirme, pero creo necesario dar alguna pincelada sobre el tema de la serie para centrar el tiro.

Juego de Tronos va de conspiraciones, traiciones, venganzas, intrigas palaciegas, secretos llevados a la tumba, amenazas antiguas, inviernos por venir y sombras crecientes. Pero sobre todo va de personajes, de las decisiones que toman y los motivos por los que lo hacen.

¿Por qué mola?

Lo que hace grande esta historia es ver, como si de ríos se trataran, las vidas de los protagonistas fluir, confluir, bifurcarse, interrumpirse, caer en cascadas, a través de gargantas, arremolinarse o precipitarse en violentas corrientes, y apreciar cada cambio que esta forma de fluir labra en la naturaleza de los muchos protagonistas de la historia.

La serie mola porque es capaz de hacer que nos interesemos simultáneamente en el devenir de un amplio número de personajes, y a excepción de un puñado de ellos, ninguno es totalmente bueno, ni totalmente malo. No es un relato maniqueo, no empatizamos con los protagonistas por su bondad, sino acaso por su sentido del honor, su inteligencia, su humor o la cantidad de hostias que le está dando la vida. Y esto hará que para cada espectador la historia tenga un protagonista diferente.

¿Se reconoce el libro en la serie?

Fuck yeah. Y éste es un triunfo sorprendente. El libro está narrado en capítulos cortos, un formato bastante televisivo. Sin embargo, cada capítulo se centra en un personaje, y aunque está narrado en tercera persona, el narrador es, en cierto sentido, la voz del personaje. No todos los personajes tienen capítulos. En Juego de Tronos ese honor recae en casi todos los Stark [Eddard, Sansa, Bran, Arya, Catelyn Tully y Jon Snow], además de Tyrion Lannister y Daenerys Targaryen.

En la serie, por el contrario, encontramos escenas en las que ninguno de estos personajes está presente. Y ahí es donde toma una entidad propia y demuestra recoger a la perfección el espíritu del libro. Vemos escenas en las que Renly y Loras intiman. Vemos el pasado de Littlefinger a través de una suerte de soliloquio, y no por medio de los recuerdos de Cat. Vemos a Robert tal y como nos le describe Eddard, sin necesidad de hacerlo con sus ojos. En definitiva, vemos las cosas que habíamos imaginado, desde una perspectiva que en el libro no se ofrece.

¿En serio es tan fiel al libro?

En el lado menos positivo, hay unas cuentas variaciones y omisiones con respecto al libro que resultan algo decepcionantes. La elusión de ciertos secundarios que ganan importancia conforme avanza la historia, como Roose Bolton [personaje anecdótico en el primer libro, pero importante en el segundo y fundamental en el tercero], Brynden Tully o Edmure Tully, hace sospechar que hay una cierta filosofía de cuidar más el momento que el futuro de la serie… estos personajes, forzosamente, acabarán apareciendo, y entonces nos parecerá que se los han sacado de la manga.

Pero lo que más duele es ver cómo el papel de los lobos que acompañan a cada uno de los hijos de los Stark es poco más que presencial [y a veces ni eso] en la serie. Grey Wind, la impresionante bestia de Robb Stark, es omitido en casi todas las escenas en las que sale su dueño. Robb Stark será llamado el Joven Lobo, y su animal será un símbolo en la guerra que está comenzando. Viendo la serie, apenas recordamos cuál es su nombre. Lo mismo puede decirse de Summer, Ghost y Shaggydog. Los lobos, en los libros, son personajes casi tan importantes como sus dueños, y en la serie esto se pierde. Posiblemente sea cuestión de pelas, pero es una pena de todos modos.

¿Qué viene a continuación?

[No voy a desvelar demasiados detalles sobre lo que falta por ver, pero si no eres fan de los espoilers, mejor para de leer aquí, y si no has visto la primera temporada, mejor no mires ni la imagen que hay más abajo]

El final de la primera temporada de Juego de Tronos puede dejar a más de uno con la molesta sensación de que no se ha cerrado nada. ¡Por supuesto que no se ha cerrado [apenas] nada! Juego de tronos es el primer capítulo de una saga de siete, llamada Canción de Hielo y Fuego. En el segundo capítulo, Choque de Reyes, se contará el inicio de la llamada Guerra de los Cinco Reyes, que estará ¿cerca? de su fin en Tormenta de Espadas, el tercer libro de esta historia.

Queda mucho, mucho por ver, más muertes inesperadas, enfrentamientos, coronaciones, grandes batallas [es imposible que la batalla que tendrá lugar en la segunda temporada se narre de manera elíptica, como ocurre en el noveno capítulo de la serie], algo de magia… y dragones. Pero lo importante seguirá siendo el fluir de las vidas de Jon Snow, Daenerys Targaryen, Tyrion Lannister, Bran Stark, Catelyn Tully y el resto de los personajes que convierten esta serie en una cita imprescindible.