Cosas que hacer en una semana en NYC - West Village y High Line

Nuestra llegada a NYC coincidió con fin de semana y, por tanto, Gon, nuestro inefable anfitrión, nos acompañó en nuestros primeros dos días por allí. Una de las cosas muy muy buenas que tiene hacer turismo con alguien que vive en la ciudad que estás visitando es que no siempre haces cosas estrictamente de turistas. En seguida te cuento nuestro sábado, pero antes...

Sobre el Plano

He pensado que para ubicar un poco las cosas, quizás vaya bien comenzar cada post con un pequeño plano en el que sitúe los sitios de los que voy a hablar, ¿te parece? Así damos perspectiva al asunto. Los estoy montando con Google Maps Engine público, creo que se debería poder ver aquí.

En todo caso, aquí va el plano de hoy:

Click para ver en condiciones

West Village, aquí vivían los de Friends

Siendo honestos, no me ha quedado claro dónde se separan West Village y Greenwich, así que a efectos prácticos, lo vamos a llamar a todo West Village y a correr (así lo he hecho en el plano). El caso es que allí fue donde pasamos la mañana, paseando por calles de edificios bajos y aceras poco transitadas. Al parecer es uno de esos barrios caros caros para vivir en Manhattan, y resulta comprensible. Es casi un remanso de paz en una ubicación envidiable, al lado del Soho y de Whasington Square, y relativamente cerca tanto del Distrito Financiero como de Midtown (en metro, al menos).

Nuestro plan fue, sencillamente, dar un paseo por allí, no sin antes desayunar en condiciones en una cafetería que preparaba brunch. Que llamarlo brunch es una pijada, pero no deja de ser cierto que se preparan ciertos platos que no son los mismos que para el desayuno o la comida / almuerzo, como los huevos benedictinos y esas cosas. Así que... brunch. El sitio en cuestión, por si te quieres pasar, se llama Tartine, se forma algo de cola, ojo.

Tras llenar el buche, nos fuimos a Washington Square, donde pudimos ver músicos callejeros (de gran nivel, por cierto), jugadores amateur de ajedrez y tipos muy cansinos bailando break, además de una concentración de perros salchicha y el rodaje de un anuncio. Quién sabe, quizás ahora mismo estemos saliendo en la televisión estadounidense. Y sin cobrar derechos de imagen. Después continuamos paseando por el barrio, buscando la casa de los de Friends (90 Bedford St). No vivían mal, los cabrones. De ahí, continuamos hasta el pier 45. Por cierto, esta zona debe de ser bastante gay, según nos contó Gon.

Gente tomando el sol en Washington Square

Hilarante

La casa de los de Friends

Meatpacking, Chelsea y el High Line

Después de este paseo, nos habíamos ganado claramente una cerveza, así que fuimos al Biergarten de Meatpacking, que está al lado de donde comienza el High Line, nuestro siguiente objetivo. Una vez más, nos encontramos con una cola interesante, no para entrar en el sitio, ni para pagar las bebidas (se pagan con tickets que se compran antes de ser servido), sino para conseguir la cerveza en sí. El sitio está muy guay, rollo taberna alemana, casi completamente abierto al exterior, debajo del High Line... la cerveza es buena y el ambiente se podría calificar de muy agradable, si no fuera por lo tremendamente lleno que está. Pensamos en hacernos fuertes y bebernos la cerveza mientras hacíamos cola para coger la siguiente, pero descartamos la idea porque todavía había mucho que ver.

Cómo le gusta a la gente beber
El siguiente destino era el High Line, uno de los sitios que más me habían gustado de la ciudad en mi última visita anterior, sin embargo, no lo recordaba tan transitado... Se trata de un parque construido sobre unas vías de tren elevadas que recorren los barrios de Meatpacking y Chelsea. Al parecer, las vías en cuestión se usaban con fines industriales y quedaron abandonadas en 1980 y, en 2009, se abrió al público reconvertido en un parque elevado por encima de la ciudad.

Bajamos del High Line en Chelsea y volvimos en dirección a Meatpacking, parando en Chelsea Market. Creo que ahí lo típico es comer langosta, pero nosotros innovamos y nos comimos unos bagels. El mercado en cuestión es bastante genial, por cierto, se trata de una fábrica reciclada. Sobre todo venden comida, pero también hay alguna tienda de arte y cosas así.

Una calle de Chelsea

Terrazas y cervezas

Se nos acabó la tarde y volvimos a Brooklyn para preparar una pequeña barbacoa en casa de Gon. Esta parte del viaje es más difícil que la puedas copiar tal cual... Nuestro anfitrión vive en el edificio más alto de Brooklyn y no dejamos pasar por alto la posibilidad de cenar y tomar unas copas mientras veíamos anochecer en Manhattan. El rollo de las fiestecillas en "rooftops" se lleva mucho en NYC, por cierto. No sólo los hoteles montan terrazas en el alto de sus edificios, también en los apartamentos residenciales se estila el tema. Eso mola.

Esto veíamos mientras nos hacíamos la cena
Para terminar la noche, nos fuimos hacia las 23:30 a tomar unas cervezas en Williamsburg. Te hablaré más de este barrio en la próxima entrada, baste decir que es muy hipster. No sé si eso basta, en realidad. El primer sitio en el que estuvimos, Union Pool, estaba realmente chulo. Un ambiente de muy buen rollo, mucha gente, pero sin agobiar... no sé, un sitio divertido. Después entramos en otro pub que estaba al lado, Macri Park, porque nos pareció que era mejor que quedarnos en la calle viendo cómo nos quitaban taxis. Este segundo estaba casi vacío, pero también se estaba a gusto. Nos retiramos antes de las 3:00, Gon nos comentó que tampoco había mucha más fiesta por esa zona, quizás hasta las 3:30 o así.

¿Se puede hacer mejor?

Pues quizás. Nuestra comida fue un poco improvisada y, a ver, el bagel estaba rico, pero tendríamos que haber ido a por una langostaza unos pocos metros más adelante. Por lo demás, creo que fue un día muy bien aprovechado. Claro, es fácil acertar cuando te guía alguien que ya conoce bien el sitio.

Sigo en otro rato, o en otro mes, ya sabéis cómo va esto. Que, además, lleva mucho curro.