Cuando les llegue el turno, aunque consagrándose la mayor parte del tiempo a la filosofía, tendrán que cargar con el peso de la autoridad política y gobernar sucesivamente por el bien de la ciudad, con la convicción de que su tarea es, más que un honor, un deber ineludible
Así definía Platón [428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.], en el Libro V de la República, el destino de la clase gobernante de la oligarquía sofocrática que describe a nivel teórico en su obra más importante. Cuánto mejor estaríamos hoy si nuestros gobernantes entendieran su labor no como un privilegio, sino como un deber ineludible...
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