El caos no es un entorno tan hostil. Al final resulta reconfortante, una vez que te has acostumbrado a él. Uno de los principales problemas es que nunca consigues acostumbrarte del todo, es decir, un día piensas que ya eres "uno con el caos", que nada va a sorprenderte y de repente, descubres de cualquier forma absurda que te equivocabas. O bien te acabas sumergiendo en un estanque ordenado que te hace olvidar cómo es la vida de verdad, y cuando el caos regresa, te cuesta reconocerlo y adaptarte.
Da igual, el caso es que yo, ahora mismo, estoy acostumbrado al caos y no creo que sea un entorno tan hostil. Sí, esconde cosas malas, muy malas, pero también las resta importancia, porque, ¡eh!, ¿qué esperabas? esto es el CAOS: todo puede ocurrir. Y dentro de todo, no sólo está lo bueno. Lo malo surge con la misma naturalidad que un bostezo, y uno se puede avergonzar de ciertos bostezos, pero... ¿acaso puede culparse?
Sí, hablo de forma velada una vez más, pero, en serio, esta vez es justificado, no querríais saber las nuevas formas que he inventado para ponerlo todo patas arriba en tiempo récord. No querríais oírme hablar de mis momentos de mayor decadencia, ni de los de mayor auto exposición a la autoridad. ¡Qué diablos! Seguro que sí que querríais, esas historias son siempre las más interesantes, ¿no?, pero yo no quiero contarlo, qué le vamos a hacer...
De todos modos, todo sube y baja y evoluciona constantemente en esta vida, y es posible que yo ya esté en la parte del trayecto que está más cerca de dejarme estancado en la calma que de seguir hundido en el caos. Y puede que tal vez no sea así. Lo que sé es que el mundo es bipolar y si no fuera por unas fases, no reconoceríamos las otras, pero ése es otro tema, de hecho es otro nombre para otra entrada que llevo un tiempo queriendo escribir... "Mundo Bipolar" [...Próximamente en Noches sin Luna...]
[...o tal vez tarde un poco...]
[...pero aparecerá algún día...]
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