Necesaria Necedad

Me voy a cambiar de móvil. Es inminente. Me haré con un cacharrito de ésos que llevan dentro la maravilla que es Internet. O la que dicen que es... ¡qué más da! Maravilla al fin y al cabo. Ahora me resulta fundamental poder añadir una foto del buen día que hace cuando twitteo que hace un buen día. Y mi móvil no sabe hacer eso.

Mi pobre viejo móvil, que llegó a mi bolsillo con su radiante pantalla táctil y con promesas de futuro y de vanguardia. No sé qué había hecho hasta ese día sin una pantalla táctil... Ahora no necesitaba navegar por menús con un cursor, podía tocar los iconos. Eso era el futuro. Ya ni recuerdo qué móvil tenía antes, acabó en el olvido de los terminales obsoletos.

Y a los pocos meses, mi nuevo terminal táctil resultó no ser más que un trasto inútil que no tenía Wifi, ¡¡ni GPS!! ¿Para qué quiero yo un cacharro sin GPS? ¿Y si en algún momento me da por comprarme un coche? Y lo de la Wifi, mejor ni mencionarlo...

Nada, nada, que me cambio de móvil, como digo, es inminente. Necesito tener acceso a Internet en cualquier momento, desde cualquier sitio. Y digo que lo necesito, como quien necesita salir de fiesta un sábado. ¿Me va a dar un yuyu si no lo hago? Pues no, pero me quedo de mal rollo. Y paso de quedarme de mal rollo.

Así funcionan ahora las cosas... Aunque, a decir verdad, estoy convencido de que no es algo nuevo. Es un camino que arrancó hace mucho tiempo. Tal vez se iniciara en una caverna, con el primer jarrón de cerámica decorado con motivos de una cacería de mamuts... ¿quién no habría querido uno? ¿Quién sabe si alguien no mató en su día por uno? Ahora son cosas más sofisticadas y no matamos por ellas, hacemos colas por la noche para comprarlas.


Tener teléfono en casa era suficiente, ahora lo necesitamos llevar encima. Tener Internet en la biblioteca era suficiente, pero poco a poco se fue arrastrando hasta nuestros bolsillos. Tener un cine en tres dimensiones en la ciudad hoy en día es suficiente. Ya nos pegaremos por ponérles ese tipo de pantallas a nuestros cacharritos de mano, ya.

Pues eso. Que yo necesito un móvil nuevo. Y vosotros también, para poder leer mis desvaríos en el móvil y no en esos ordenadores tan siglo-veinte que os gastáis algunos. Vergüenza os debería dar.

1 comentarios:

Alex dijo...

Ayer casi muero por intentar acceder al cargador de mi iPhone.

Sin duda nos hemos vuelto todos gilipollas. Y yo la que más.