Cierro un intenso capítulo laboral que ha durado cuatro años. Y pocos días después, empiezo a escribir un capítulo nuevo. A andar un camino nuevo.
Lo hermoso de dejar caminos es saber que algunas de las cosas que encontraste allí se van a venir contigo. Yo me llevo a un buen puñado de gente. Cuando los lazos creados van más allá de lo laboral, sobreviven a un cambio de trabajo.
Y lo hermoso de cambiar alguna faceta importante de tu vida es saber aprovechar la inercia y orquestar pequeñas revoluciones personales. Mis planes para este curso son ambiciosos, espero no quedarme tan lejos de ellos como me suele pasar... Uno de los objetivos es volver a vivir una de esas etapas en las que cuido un poco este rincón. Me apetece.
El resto de objetivos... espero ir contándooslos.
Bienvenidos a mi nueva vida.