Miyazaki es ese tipo que imaginó el Viaje de Chihiro. Es el creador de Ashitaka y su Princesa Mononoke. Su nombre suena a garantía de éxito. Suena a peli de dibujos que puede ver alguien de más de doce años.
Entonces vi Totoro.
Felicidad y espíritus
Os cuento el argumento de Totoro, es imposible que os haga espoilers porque básicamente, no pasa nada en toda la película. Va de una familia que es feliz. Se mudan a una casa vieja, la limpian, son felices... la madre está enferma, pero es feliz... y ven espíritus, pero en plan buen rollo y son felices. Los espíritus también lo son.
Y ya está. Como decía, no tiene mucho argumento. O ninguno. Es como si la peli fuera un retrato de la vida de esta gente. Como decía @alexcibernetica, bien podría ser el retrato de un día, una semana o un mes cualquiera, el caso es que no pasa nada. El clímax de la peli es un momento dado en el que la hija pequeña parece que se ha perdido, pero no... como un Chencho cualquiera en el Madrid navideño. Quiero decir que, exactamente igual que Chencho, se pierde sin que esto entrañe ningún tipo de tensión, ni angustia, ni nada [bueno, lo de Chencho en su día seguro que agobiaba un poco y todo].
Insulsa Psicodelia
Totoro es un desfile de personajes que se ríen, hacen ruiditos, desvarían, ven espíritus y aparentan estar bajo los efectos de sustancias alucinógenas. Con el Gatobús a la cabeza. El Gatobús es el cruce enfermizo de un gato, un ciempiés y un autobús. Luce la misma sospechosa sonrisa que el gato de Cheshire y le lucen también los ojos. Da mal rollo y sospechas que va a hacer algo malo de un momento a otro... Pero no, en Totoro nadie hace nada malo. El Gatobús es tan feliz y bondadoso como todos los demás personajes de la peli.
Cuando Totoro acaba, te preguntas por qué ahí. ¿Por qué es ése el momento justo? ¿Qué tiene ese minuto de la peli que no tengan otros? La única razón lógica es que estuviera pensado de antemano cuánto querían que durara la peli.
No todo está tan mal...
¿El lado positivo? Los detalles. A Miyazaki le encanta dibujar detalles y hace que sea fácil deleitarse en sus imágenes. Además, hay algo hipnótico en el ambiente de la película, parece que la mente se quiere contagiar de lo que sea que ha tomado el Gatobús, y pasar a un estado de trance igual que él. Es una peli insulsa como ella sola, pero cómoda de ver, liviana y positiva.
Dicho esto, si no habéis visto nada de Miyazaki... dejad a Totoro para los menores de diez años y echad un vistazo a Chihiro o a mi predilecta Mononoke.