- Tomar ron en una sandía, como marca la tradición sonorámica. Si se hace mientras se pincha un poco de musicota para ambientar el ya bastante ambientado camping, mejor. Y si con ello se acaba conociendo a alguna cuasi-celebridad del mundo de la canción o a una ucraniana que ha venido desde su tierra hasta el Sonorama sólo para ver a Gogol Bordello, pues también mola.
- Bañito en la piscina. ¿Qué más da si hace fresco en Aranda?, se agradece un remojón... Por cierto, primer año que paso frío de verdad en el Sonorama, Madrid me está convirtiendo en un blando. Al menos sólo fue el jueves y tal vez se debiera a la escasez de alcohol que sufrimos.
- La gente. La mía y la ajena. Las vecinas que me mandaban callar. La majísima chica que nos acompañó en mi bautismo con Vetusta Morla. El tío que nos contó mil chistes malos hasta que su colega se lo llevó disculpándose otras tantas veces. Los y las lugareños que se abrían paso entre la multitud en los conciertos que se hacían en la plaza del Trigo. Todas las personas a las que di la chapa en mi momento bajón y que ahora ni siquiera recuerdo [si estáis ahí, sabed que lo siento]. Los aparejadores que no me aparejaron [ardua tarea, dicho sea de paso]. Xabi, Gorka, Patxi, Javi, Vivi y los demás. Qué cierto es eso de que vosotros hacéis grande el Sonorama, gente.
- El eclipse de luna. No era total. Pero era ideal [éste es mío, en su momento tuvo algo de gracia... incluso la segunda vez que lo solté].
- Las bodegas. Las rondé, pero no almorcé en ninguna. Pero molan.
- Y por supuesto, la música. La muy buena música...
Deluxe se permitió el lujo de tener como corista y enésima guitarra a un tío como Miguel Rivera, líder de Maga. Toma ya, dime tú si eso no es nivel. Un gran concierto también, curioso repertorio, pero con mucha fuerza. Me gustó, me gustó.
Lori Meyers, Niños Mutantes [cuánta confusión me causaron, por cierto], Love of Lesbian [aunque los oí desde los exteriores], Nada Surf, Tachenko, Sidonie... Todos estuvieron geniales. The Right Ons y Aaron Thomas fueron dos estupendas sorpresas y Rusian Red un regalo para el oído, aunque fuera uno muy lento y meloso.
Pero hubo un grupo que se encargó de sacar los colores a casi todos los demás. Un grupo que consiguió que todos los sonoritos y sonoritas [a mí me gustaba más llamarnos sonorámicos y sonorámicas, pero acepto el cambio de nombre si viene de esta gente] corearan lalalalas y lolololos durante lo que quedaba de festival. Un grupo que reivindicó con un directo contundente, cuidado, dinámico y hermoso su hueco entre los grandes, y no en un escenario secundario a las dos de la tarde. Vetusta Morla, por supuesto. [¡Escenario principal!].
Increíbles versiones de algunas de sus canciones como La Marea, Al Respirar, Valiente... Ya había oído que el directo de esta gente era bueno, pero es que es mejor. La complicidad con un público enganchadísimo al concierto era tremendamente sorprendente, si contamos que estos chicos sólo tienen un disco... y desde hace menos de un año. Y Saharabbey Road, como broche final, con toda la Plaza del Trigo repleta de sonoritos y sonoritas volcados en unos coros que paseaban también entre nosotros en forma de tiras de papel. Y que se me ponga la carne de gallina al recordarlo...
Contando los días para el Sonorama 09, en el que espero ver a esta gente de Tres Cantos en el escenario principal. ¡Y de cabeza de cartel!
En el lado oscuro del Sonorama cae la cancelación del concierto de Facto Delafé y el desastre en el que se convirtió seguir los horarios a partir de tal incidente. Y NajwaJean que nos durmió a las dos de la mañana. O al menos lo intentaron. Pero nada pudo empañar el encanto del que sin duda es mi festival favorito [reconozco que tampoco soy un pro del tema, eso sí].