Hoy Suena: Desaparecer

Hay EP nuevo de Ruidoblanco, El Hombre que Habita el Mundo. Y, por supuesto, le tenéis que pegar una o varias oídas porque es cojonudo. Aquí podéis escuchas uno de los temas, Desaparecer, yo os dejo debajo la letra (tal y como yo la he entendido a través de un único auricular, porque los cascos se me han quedado mudos de un oído) y un boceto del mismo que ellos avanzaron durante su campaña de crowdfunding.


Mira en un impulso hasta dónde has arrastrado la razón.
¿Qué es más importante, lo que ven o lo que enseñas en su honor?
Y yo
no volveré a creerte más,
es más
de lo que puedo soportar.

Déjame
desaparecer.
Vuélvete,
que ya no estaré.

El truco es fácil, sólo hay que aprender
a desviar el centro
de atención y despistarles,
como cuando
te colaste
en mi cabeza.
Y sí,
fue la primera gota
de la última tormenta
que dejó patas arriba nuestras vidas.

¿Cuánto rato más aguantarás en ese estado demencial?
Agujeros negros en tu estómago de acero, piénsalo.

Si tú
mueves el mundo con tus giros,
después
vas y lo paras con tus gritos.

Déjame
desaparecer.
Vuélvete,
que ya no estaré.

El truco es fácil, sólo hay que aprender
a desviar el centro
de atención y despistarles,
como cuando
te colaste
en mi cabeza.
Y sí,
fue la primera gota
de la última tormenta
que dejó patas arriba nuestras vidas.

Aguanta el pulso y tira
a matar con osadía,
como cuando
apuntaste
a mi cabeza.
Y sí,
será la última gota
de la próxima copa
la que deje por los suelos mi memoria.

Inmortalidad de boquilla

Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal. He notado que, pese a las religiones, esa convicción es rarísima. Israelitas, cristianos y musulmanes profesan la inmortalidad, pero la veneración que tributan al primer siglo prueba que sólo creen en él, ya que destinan todos los demás, en número infinito, a premiarlo o castigarlo Más razonable me parece la rueda de ciertas religiones del Indostán; en esa rueda, que no tiene principio ni fin, cada vida es efecto de la anterior y engendra la siguiente, pero ninguna determina el conjunto...
Fragmento de El Inmortal, de Jorge Luis Borges
Extraído de © Apocatastasis: Literatura y Contenidos Seleccionados