Así, amigos de NSL, es como llegamos al núcleo de esta extraña teoría: detrás de toda estupidez se puede esconder un idiota creativo, o un necio crédulo. Confieso sentir cierta admiración por los primeros, me asombran y fascinan las mentes capaces de generar cualquier cosa de la nada, estupideces incluidas. Sobre los segundos, siento más bien lástima y algo de preocupación social, pues son el mayor riesgo del defectuoso sistema político que nos da cobijo.
Para aprender a distinguirlos, sugiero fijarse en la forma del mensaje, y no en su fondo, pues éste es invariablemente insostenible en ambos casos:
- El idiota creativo te hablará como quien habla a su pescadero cuando no sabe por qué ha entrado en la pescadería: con intermitente convencimiento; con palabras sencillas, pero poco precisas, y con la ingenua satisfacción de quien está haciendo algo por y para sí mismo. Cuando el idiota creativo quiera defender una huelga ilegal, te dirá: “si a ellos les han jodido, bien está que ellos jodan un poco ahora, ¿no?”.
- El necio crédulo sonará más bien como un político, o como un taxista repitiendo lo que ha dicho la emisora de radio que suena en su taxi durante todo el día. No podrá evitar deslizar palabras prestadas en su idea prestada, será prácticamente lo único coherente que se perciba en su actitud. Dependiendo de su grado de credulidad, se le podrá ver más o menos convencido. Dependiendo de su grado de necedad, se le podrá ver más o menos confuso al llegar a una laguna argumental en su idea. Cuando el necio crédulo quiera defender una huelga ilegal, te dirá: “es fácil hablar de una huelga ilegal cuando nos afecta, pero ¿quién hablaba de la falta o no de legalidad en el incumplimiento de los convenios que la han provocado?”.
Salud, y mucha paciencia.