-¿A dónde se dirige?
El revisor lo preguntaba como si fuera algo sencillo de responder. Obviamente, se equivocaba.
Frente a él una pareja hecha de labios, manos y susurros. Ellos van a amarse.
A su lado un anciano, oliendo a recuerdos, con su pañuelo tan húmedo como sus ojos. Él va a despedirse.
Detrás, la joven de traje que entró corriendo en el vagón, hablando enloquecida por teléfono. Ella va a perseguir sus ambiciones.
En el pasillo, dos niños correteando. Ellos van a ser nosotros.
-¿Me está oyendo? ¿A dónde va?
Sonrió melancólico. –No lo sé.
Con este microrrelato participé en el III Certamen de Relatos Breves de Renfe. Temática: el tren y el viaje. Sí, toco muy tangencialmente estos temas, igual por eso sumé mi tercer fracaso en el mundo de la micronarrativa [o igual no, pero a mi ego le sirve de excusa]. Y sí, el título es horrible, pero fue lo único que me salió con las tres palabras que me quedaban.
Aprovecho para comentar que el ritmo de publicación de NSL está siendo alterado por la desordenada vida del verano, aunada con ciertas obligaciones que no debería seguir postergando. Es de esperar que, a partir de septiembre volvamos a la senda que tanto nos había costado alcanzar.
Ah! Y, no preocuparse, con este artículo se cierra el ciclo de entradas de microrrelatos, al menos por una temporada ^_^